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¿Qué es el “sharenting”?
El “sharenting” – un anglicismo que proviene de share (compartir) y parenting (paternidad) – consiste en documentar las primeras sonrisas, palabras, pasos... y cada una de las anécdotas de los más pequeños en Facebook, Instagram y otras redes sociales. Y se ha vuelto una práctica tan habitual que el diccionario británico Collins lo incluyó en sus páginas en 2016. Desde entonces, el fenómeno no ha dejado de crecer. Hasta ahora, no ha existido otra generación de niños con una infancia tan pública, y es probable que, cuando crezcan, muchos no estén de acuerdo con ello.
Ofcom, el regulador de las comunicaciones de Reino Unido, elaboró un estudio en 2017 en el que sugiere que publicar fotos y videos familiares en las redes sociales se ha convertido en un “problema divisorio”, porque los padres están muy divididos sobre si es o no sensato compartir fotos de sus hijos en internet.
Sin embargo, más de la mitad de las personas entrevistadas por Ofcom declararon que piensan que a sus hijos les parecerá bien que compartan sus fotos en la red, y solamente al 15% les preocupa que no piensen lo mismo dentro de unos años.
Más allá de los dilemas éticos, la información que los padres comparten en las redes sociales sobre sus hijos puede implicar riesgos de seguridad. Según la compañía de servicios financieros Barclays, el “sharenting” es una puerta para los fraudes en internet.
Barclays dice que muchos padres están comprometiendo la seguridad financiera futura de sus hijos al compartir sin medida datos de los menores en la red y que no se dan cuenta de que sus hijos se convierten en “blancos para el fraude” gracias a la información que comparten sobre ellos y que permanece en la red. “Otra década de padres compartiendo demasiada información en internet producirá 7,4 millones de casos al año de robo de identidad hacia 2030”, asegura la empresa.
Entre otras cosas, a menudo revelan los nombres, la edad y la fecha de nacimiento de los menores, su dirección, el nombre de su escuela o el de su mascota. Muchos de esos detalles siguen disponibles en la red mucho después, cuando los niños pasan a ser adultos, y son usados por hackers para estafas de compras on-line, préstamos fraudulentos y transacciones con tarjetas de crédito.
Desde Ecix, un despacho de “ciberabogados” dedicados a defender a empresas grandes y a particulares en internet, aseguran que “es importante saber que la existencia de ciertas imágenes de los niños puede provocar que éstas sean usadas para fines como la pornografía infantil, el ciberacoso, el ciberbullying o la cibersuplantación de identidad”.
“Por estos motivos, conviene pensar bien si será o no beneficioso para nuestros hijos o familiares menores de edad que ciertas imágenes suyas permanezcan en internet”, se lee en el sitio web de Ecix.
(www.bbc.com, 23.05.2018. Adaptado.)
De acuerdo con el texto y con el uso correcto de los verbos de cambio y del pretérito perfecto en español, el sharenting