Questões de Espanhol - Vocabulario - Sentimientos y sensaciones
48 Questões
Questão 20 14493241
UFT Manhã 2024/2Fonte: Disponível em .
Considerando a tirinha, assinale a alternativa CORRETA sobre a mensagem que a Mafalda quer passar:
Questão 56 12646937
UNIFOR Demais Cursos 2024/2La violencia escolar deja otra víctima: Adriel muere en Hidalgo a los 11 años
Los padres levantan la voz por la actuación del director y una profesora de la escuela tras la paliza que dos compañeros dieron al menor. La Secretaría de Educación estatal afirma que fue una caída.
La voz destrozada de un padre informaba este martes de que ya no se podía hacer nada por su niño. “Nos acaban de dar el estudio y mi hijo ya no tiene solución, ya tuvo muerte cerebral y coágulos de sangre en el estómago”, explica. La muerte deAdriel Moreno Mejía, de 11 años, se confirmó horas después. Dos compañeros de colegio le pegaron una paliza el jueves de la semana pasada. En el municipio de Santiago Anaya, en el Estado de Hidalgo, sus padres claman justicia por la actuación del director del centro que, según ellos, le dejó al niño en su casa sin dar explicaciones y no ha vuelto a contactar con ellos. La Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH) contradice esta versión: tras la “caída” del pequeño, el jefe de la escuela y su maestra mantuvieron comunicación directa con la madre. […]
Disponível em: https://elpais.com/mexico/2024-03-14/la-violencia-escolar-deja-otra-victima-adriel-muere-enhidalgo-a-los-11-anos.html. Acesso em: 12 mai. 2024.
De acordo com a notícia, o que causou a morte de Adriel?
Questão 13 99038
FCM PB Medicina 2015/2TEXTO I - La oveja negra
En un lejano país existió hace muchos años una oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que parecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
(Autoria de Augusto Monterroso. In www.ciudadseva.com)
La expresión pasar por las armas significa:
Questão 9 14583082
Unioeste 2° Etapa Manhã 2025Lee el texto y contesta a la cuestione.
Soledades
21 de mayo de 2024
Por Amalia Londoño Duque
Mi mamá tuvo una tía abuela que se llamaba Soledad. Vivía [...] en un edificio en el parque Bolívar. Su apartamento era grande y tenía varias habitaciones, pero ella vivía sola desde que había muerto su marido. Le decíamos “Solita”, de cariño. Y ese apodo, que sonaba tierno, terminó asentándose en mi memo ria. Íbamos a visitarla una vez a la semana.
La recordé con un libro de Paul Auster. Se llama Baumgartner, una novela corta que cuenta la vida de un profesor viudo que, después de unos años de duelo y de sentirse viejo, toma la decisión de jubilarse y de empezar, en ese nuevo estado, a ver el mundo distintamente, al querer volver a vivir. “Vivir es sentir dolor y vivir con miedo al dolor es negarse a vivir”, decía.
En un artículo reciente del periódico El País, la periodista Antonia Laborde, relata la cotidianidad de Margarita Sanhueza, una mujer de 73 años que vive sola en un apartamento en Santiago de Chile. Tiene cuatro hijos y un hermano, pero con todos habla por teléfono y con poca frecuencia. Las voces que escucha diariamente son las del televisor que deja prendido todo el día para sentirse acompañada.
Laborde comparte además cifras de una encuesta de la Universidad Católica de Chile en las que aseguran que el 19% de los jóvenes en su país dice no tener un amigo cercano. La soledad no es una cuestión de edad. Pero ahora sí que reconozco a mucho más gente que la siente. [...]
Casarse no garantiza sentirse menos solo, tener hijos no garantiza una vejez acompañada. Y todo lo que ambicionábamos en la vida y no pasa también resulta siendo nuestra historia. Laura Ferrero, la escritora española, decía que a todos “nos ocurre que queremos resumir la vida como un cúmulo de “síes”. Como una suma de logros y expectativas cumplidas, convenciéndonos de que lo que tenemos es exactamente eso que habíamos ambicionado.” Pero no.
Hay personas que se casan buscando compañía en la vejez, que tienen hijos suponiendo que tendrán quien los cuide de viejos, pero que no cuentan con el azar de la vida, con las despedidas inesperadas, con los cambios que nos distancian, con las redes sociales que nos aíslan o con las contundentes y aceleradas diferencias que vamos teniendo en las formas de vivir con el paso de los años.
La OMS, en noviembre del año pasado, anunció una comisión de expertos para promover la conexión social a nivel mundial: once especialistas que analizan e intentan innovar en la manera de combatir la soledad en el mundo, sobre todo en países donde ya es un problema de salud pública.
Hay pandemias silenciosas, ausencias, estados mentales y sobre todo costumbres individualistas que nos distancian, que nos impiden tanto socializar, como aprender a estar con nosotros mismos. Con este panorama, supongo que las soledades del pasado eran estados distintos, menos alarmantes. Lejos de parecerse a las soledades de hoy, en las que se presume de tener muchos seguidores, mientras se mira ese número en una pantalla.
Adaptado de https://www.elcolombiano.com/opinion/colum nistas/amalia-londono-duque-soledades-DB24528092
De la alusión a las redes sociales en el antepenúltimo y el último parágrafos, se infiere que dichos medios:
Questão 8 14583078
Unioeste 2° Etapa Manhã 2025Lee el texto y contesta a la cuestione.
Soledades
21 de mayo de 2024
Por Amalia Londoño Duque
Mi mamá tuvo una tía abuela que se llamaba Soledad. Vivía [...] en un edificio en el parque Bolívar. Su apartamento era grande y tenía varias habitaciones, pero ella vivía sola desde que había muerto su marido. Le decíamos “Solita”, de cariño. Y ese apodo, que sonaba tierno, terminó asentándose en mi memo ria. Íbamos a visitarla una vez a la semana.
La recordé con un libro de Paul Auster. Se llama Baumgartner, una novela corta que cuenta la vida de un profesor viudo que, después de unos años de duelo y de sentirse viejo, toma la decisión de jubilarse y de empezar, en ese nuevo estado, a ver el mundo distintamente, al querer volver a vivir. “Vivir es sentir dolor y vivir con miedo al dolor es negarse a vivir”, decía.
En un artículo reciente del periódico El País, la periodista Antonia Laborde, relata la cotidianidad de Margarita Sanhueza, una mujer de 73 años que vive sola en un apartamento en Santiago de Chile. Tiene cuatro hijos y un hermano, pero con todos habla por teléfono y con poca frecuencia. Las voces que escucha diariamente son las del televisor que deja prendido todo el día para sentirse acompañada.
Laborde comparte además cifras de una encuesta de la Universidad Católica de Chile en las que aseguran que el 19% de los jóvenes en su país dice no tener un amigo cercano. La soledad no es una cuestión de edad. Pero ahora sí que reconozco a mucho más gente que la siente. [...]
Casarse no garantiza sentirse menos solo, tener hijos no garantiza una vejez acompañada. Y todo lo que ambicionábamos en la vida y no pasa también resulta siendo nuestra historia. Laura Ferrero, la escritora española, decía que a todos “nos ocurre que queremos resumir la vida como un cúmulo de “síes”. Como una suma de logros y expectativas cumplidas, convenciéndonos de que lo que tenemos es exactamente eso que habíamos ambicionado.” Pero no.
Hay personas que se casan buscando compañía en la vejez, que tienen hijos suponiendo que tendrán quien los cuide de viejos, pero que no cuentan con el azar de la vida, con las despedidas inesperadas, con los cambios que nos distancian, con las redes sociales que nos aíslan o con las contundentes y aceleradas diferencias que vamos teniendo en las formas de vivir con el paso de los años.
La OMS, en noviembre del año pasado, anunció una comisión de expertos para promover la conexión social a nivel mundial: once especialistas que analizan e intentan innovar en la manera de combatir la soledad en el mundo, sobre todo en países donde ya es un problema de salud pública.
Hay pandemias silenciosas, ausencias, estados mentales y sobre todo costumbres individualistas que nos distancian, que nos impiden tanto socializar, como aprender a estar con nosotros mismos. Con este panorama, supongo que las soledades del pasado eran estados distintos, menos alarmantes. Lejos de parecerse a las soledades de hoy, en las que se presume de tener muchos seguidores, mientras se mira ese número en una pantalla.
Adaptado de https://www.elcolombiano.com/opinion/colum nistas/amalia-londono-duque-soledades-DB24528092
¿Con qué finalidad la autora menciona OMS en el 7º párrafo?
Questão 4 14583060
Unioeste 2° Etapa Manhã 2025Lee el texto y contesta a la cuestione.
Soledades
21 de mayo de 2024
Por Amalia Londoño Duque
Mi mamá tuvo una tía abuela que se llamaba Soledad. Vivía [...] en un edificio en el parque Bolívar. Su apartamento era grande y tenía varias habitaciones, pero ella vivía sola desde que había muerto su marido. Le decíamos “Solita”, de cariño. Y ese apodo, que sonaba tierno, terminó asentándose en mi memo ria. Íbamos a visitarla una vez a la semana.
La recordé con un libro de Paul Auster. Se llama Baumgartner, una novela corta que cuenta la vida de un profesor viudo que, después de unos años de duelo y de sentirse viejo, toma la decisión de jubilarse y de empezar, en ese nuevo estado, a ver el mundo distintamente, al querer volver a vivir. “Vivir es sentir dolor y vivir con miedo al dolor es negarse a vivir”, decía.
En un artículo reciente del periódico El País, la periodista Antonia Laborde, relata la cotidianidad de Margarita Sanhueza, una mujer de 73 años que vive sola en un apartamento en Santiago de Chile. Tiene cuatro hijos y un hermano, pero con todos habla por teléfono y con poca frecuencia. Las voces que escucha diariamente son las del televisor que deja prendido todo el día para sentirse acompañada.
Laborde comparte además cifras de una encuesta de la Universidad Católica de Chile en las que aseguran que el 19% de los jóvenes en su país dice no tener un amigo cercano. La soledad no es una cuestión de edad. Pero ahora sí que reconozco a mucho más gente que la siente. [...]
Casarse no garantiza sentirse menos solo, tener hijos no garantiza una vejez acompañada. Y todo lo que ambicionábamos en la vida y no pasa también resulta siendo nuestra historia. Laura Ferrero, la escritora española, decía que a todos “nos ocurre que queremos resumir la vida como un cúmulo de “síes”. Como una suma de logros y expectativas cumplidas, convenciéndonos de que lo que tenemos es exactamente eso que habíamos ambicionado.” Pero no.
Hay personas que se casan buscando compañía en la vejez, que tienen hijos suponiendo que tendrán quien los cuide de viejos, pero que no cuentan con el azar de la vida, con las despedidas inesperadas, con los cambios que nos distancian, con las redes sociales que nos aíslan o con las contundentes y aceleradas diferencias que vamos teniendo en las formas de vivir con el paso de los años.
La OMS, en noviembre del año pasado, anunció una comisión de expertos para promover la conexión social a nivel mundial: once especialistas que analizan e intentan innovar en la manera de combatir la soledad en el mundo, sobre todo en países donde ya es un problema de salud pública.
Hay pandemias silenciosas, ausencias, estados mentales y sobre todo costumbres individualistas que nos distancian, que nos impiden tanto socializar, como aprender a estar con nosotros mismos. Con este panorama, supongo que las soledades del pasado eran estados distintos, menos alarmantes. Lejos de parecerse a las soledades de hoy, en las que se presume de tener muchos seguidores, mientras se mira ese número en una pantalla.
Adaptado de https://www.elcolombiano.com/opinion/colum nistas/amalia-londono-duque-soledades-DB24528092
¿Qué llevó la autora a rememorar a la tía Soledad?
Pastas
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