Questões de Espanhol - Comprensión lectora - Forma
55 Questões
Questão 20 9757571
UECE 2ª Fase 1º Dia 2023/2TEXTO
EL NÁUFRAGO
Sentí que me moría de angustia. En un
momento me vi en aquel sitio muerto,
abandonado. Pero, luego, volví a oír al perro cada
vez más cerca. El corazón comenzó a darme
[5] golpes, a medida que se aproximaban los ladridos.
Me apoyé en las palmas de las manos. Levanté la
cabeza. Esperé. Un minuto. Dos. Y los ladridos se
oyeron cada vez más cerca. De pronto, solo quedó
el silencio.
[10] Luego, el batir de las olas y el rumor del viento
entre los cocoteros. Después, en el minuto más
largo que recuerdo en mi vida, apareció un perro
escuálido, seguido por un burro con dos canastos.
Detrás de ellos venía un hombre blanco, blanco,
[15] con sombrero de caña y los pantalones enrollados
hasta la rodilla.
Tan pronto como apareció en la vuelta del
camino me miró con sorpresa. Se detuvo. El perro,
con la cola levantada y recta, se acercó a
[20] olfatearme. El hombre permaneció inmóvil, en
silencio. No sé por qué, pensaba que estaba en
cualquier parte del Caribe menos en Colombia. Sin
estar muy seguro de que me entendiera decidí
hablar en español.
[25] —¡Señor, ayúdeme! – le dije. Él no contestó
en seguida. Continuó examinándome
enigmáticamente, sin parpadear.
— ¡Ayúdeme! – repetí, ansioso y desesperado,
pensando que el hombre no me entendía.
[30] — ¿Qué le pasa? – me preguntó con acento
amable.
Cuando oí su voz me di cuenta de que más
que la sed, el hambre y la desesperación, me
atormentaba el deseo de contar lo que me había
[35] pasado. Casi ahogándome con las palabras, le dije
sin respirar:
— Yo soy Luis Alejandro Velasco, uno de los
marineros que se cayeron el 28 de febrero del
destructor Caldas, de la Armada Nacional.
[40] Yo creí que todo el mundo estaba obligado a
conocer la noticia. Creí que tan pronto dijera mi
nombre se apresuraría a ayudarme. Sin embargo,
no se inmutó. Continuó en el mismo sitio
mirándome.
[45] — ¿Es marinero de gallinas? – me preguntó
pensando tal vez en las embarcaciones que
trafican con cerdos y aves del corral.
— No, soy marinero de la Armada.
Sólo entonces el hombre se movió. Se echó el
[50] sombrero hacia atrás y me dijo:
— Voy a llevar un alambre hasta el puerto y
vuelvo por usted. Sentí que aquella era otra
oportunidad que se me escapaba.
—¿Seguro que volverá? – le dije con voz
[55] suplicante. El hombre respondió que sí. Que volvía
con absoluta seguridad. Me sonrió amablemente y
reanudó su marcha. El perro continuó a mi lado
olfateándome. Solo cuando el hombre se alejaba
se me ocurrió preguntarle, casi con un grito:
[60] — ¿Qué país es éste? Y él, con una
extraordinaria naturalidad, me dio la única
respuesta que yo no esperaba en aquel instante.
—Colombia.
Texto adaptado de Gabriel García Márquez“Relato de un náufrago”
A forma “qué” (línea 60) está acentuada porque
Questão 58 9498388
UNIFOR 1ª Fase Medicina 2023/1LA TABERNA DEL TURCO
No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente. Se llamaba Diego Alatriste y Tenorio, y _____ luchado como soldado de los tercios viejos en las guerras de Flandes. Cuando lo conocí malvivía en Madrid, alquilándose por cuatro maravedíes en trabajos de poco lustre, a menudo en calidad de espadachín por cuenta de otros que no ______ la destreza o los arrestos para solventar sus propias querellas. Ya saben: un marido cornudo por aquí, un pleito o una herencia dudosa por allá, deudas de juego pagadas a medias y algunos etcéteras más. Ahora es fácil ________ eso; pero en aquellos tiempos la capital de las Españas era un lugar donde la vida había que buscársela a salto de mata, en una esquina, entre el brillo de dos aceros. En todo esto Diego Alatriste se desempeñaba con holgura. Tenía mucha destreza a la hora de tirar de espada, y ________ mejor, con el disimulo de la zurda, esa daga estrecha y larga llamada por algunos vizcaína, con que los reñidores profesionales se ayudaban a menudo. Una de cal y otra de vizcaína, solía decirse. El adversario ______ ocupado largando y parando estocadas con fina esgrima, y de pronto le venia por abajo, a las tripas, una cuchillada corta como un relámpago que no daba tiempo ni a pedir confesión. Sí. Ya _____ dicho a vuestras mercedes que eran años duros.
Extrato de Las Aventuras del Capitán Alatriste de Arturo y Carlota Pérez-Reverte. Madrid, Editora Alfaguara, 1996
A opção que lista os verbos, em sequência e conjugação correta, que foram retirados do texto é:
Questão 20 9417674
ACAFE Verão 2023Texto
Adaptado de: https://www.getafe.es/el-ayuntamiento-de-getafe-se-suma-la-campana-de-prevencion-de-las-caidas-en-las-personas-mayores! . Acceso: septiambre de 2022.
Los vocablos expresos en el texto, “taburetes” y “resbaladizos”, pueden ser sustituidos respectivamente, sin pérdida de significado en el contexto que están inseridas por:
Questão 4 8077525
ENEM 1° Dia (Prova Rosa) 2022Esse cartaz tem a função social de
Questão 18 6895629
UERJ 2022O romance El coronel no tiene quien le escriba (“Ninguém escreve ao coronel”), do colombiano Gabriel García Márquez, aborda a solidão de um coronel e sua esposa, que vivem em uma situação precária. No trecho abaixo, o diálogo do casal gira em torno da herança que Agustín, seu filho, lhes deixou.
El coronel destapó el tarro de café y comprobó que no había más de una cucharadita. Retiró la olla
del fogón, vertió la mitad del agua en el piso de tierra y con un cuchillo raspó el interior del tarro
sobre la olla hasta cuando se desprendieron las últimas raspaduras del polvo de café revueltas con
óxido de lata.
[05] Su esposa levantó el mosquitero cuando lo vio entrar al dormitorio con el café. En ese momento
empezaron los dobles. El coronel se había olvidado del entierro. Mientras su esposa tomaba el café,
descolgó la hamaca en un extremo y la enrolló en el otro, detrás de la puerta. La mujer pensó en el
muerto.
–Nació en 1922 –dijo–. Exactamente un mes después de nuestro hijo. El siete de abril.
[10] Siguió sorbiendo el café en las pausas de su respiración pedregrosa. Era una mujer construida apenas
en cartílagos blancos sobre una espina dorsal arqueada e inflexible. Los trastornos respiratorios la
obligaban a preguntar afirmando. Cuando terminó el café todavía estaba pensando en el muerto.
“Debe ser horrible estar enterrado en octubre”, dijo. Pero su marido no le puso atención. Abrió
la ventana. Octubre se había instalado en el patio. Contemplando la vegetación que reventaba en
[15] verdes intensos, las minúsculas tiendas de las lombrices en el barro, el coronel volvió a sentir el mes
aciago en los intestinos.
Sólo entonces se acordó del gallo amarrado a la pata de la cama. Era un gallo de pelea. El coronel
se ocupó del gallo a pesar de que el jueves habría preferido permanecer en la hamaca. En el curso
de la semana reventó la flora de sus vísceras. Pasó varias noches en vela, atormentado por los
[20] silbidos pulmonares de la asmática. Pero octubre concedió una tregua el viernes en la tarde. Los
compañeros de Agustín aprovecharon la ocasión para examinar el gallo. Estaba en forma.
El coronel volvió al cuarto cuando quedó solo en la casa con su mujer. Ella había reaccionado.
–Qué dicen –preguntó.
–Entusiasmados –informó el coronel–. Todos están ahorrando para apostarle al gallo.
[25] –No sé qué le han visto a ese gallo tan feo –dijo la mujer–. A mí me parece un fenómeno: tiene la cabeza muy chiquita para las patas.
–Ellos dicen que es el mejor del Departamento –replicó el coronel–. Vale como cincuenta pesos.
Tuvo la certeza de que ese argumento justificaba su determinación de conservar el gallo, herencia
del hijo. “Es una ilusión que cuesta caro”, dijo la mujer. “Cuando se acabe el maíz tendremos que
[30] alimentarlo con nuestros hígados”. El coronel se tomó todo el tiempo para pensar mientras buscaba
los pantalones de dril en el ropero.
–Es por pocos meses –dijo–. Después podemos venderlo a mejor precio.
No sé qué le han visto a ese gallo tan feo (l. 25)
Esta habla de la mujer del coronel presenta una pregunta indirecta, que tiene la función de:
Questão 13 5782194
PUC- RJ Inverno 2018¿Sabemos lo que comemos?
La creciente inquietud por la salud y la sostenibilidad ha disparado la preocupación por lo que se come, unas veces de forma justificada y otras, fruto de la obsesión.
Diez superalimentos que incrementan la energía, ocho errores que comete incluso la gente que come siempre sano,
por qué vale la pena gastar más para comprar alimentos ecológicos… Internet arroja cientos de entradas
relacionadas con la comida. Cada vez nos importa más lo que comemos, y no solo por motivos de salud, sino
también por el impacto negativo que la producción de alimentos a gran escala tiene sobre la biodiversidad y el
[5] medio ambiente. Una preocupación que muchas veces tiene sentido, algunas veces roza la obsesión y a menudo
genera desconcierto.
¿Somos lo que comemos? Sin interrogantes, con esta frase, convertida hoy en un mantra, el antropólogo Ludwig
Feuerbach criticaba en el siglo XIX la visión de la iglesia de que solo se necesitaban pan y agua para vivir, porque
lo único que había que alimentar era el alma. Comer ha sido históricamente una cuestión de supervivencia. Cuando
[10] la agricultura moderna aumentó drásticamente la producción, empezó a relacionarse cada vez más comida con
salud. En 1942 el estadounidense pionero de las dietas antigrasas, Victor Lindlahr, alertaba en su clásico Eres lo
que comes de que el 90% de las enfermedades eran fruto del mal comer y daba consejos para perder peso,
corregir el mal aliento o aliviar la artritis. Casi 30 años después, mientras la obesidad, los infartos y el cáncer
crecían, Adelle Davis, gurú de la nutrición, afirmaba: “Si una mujer quiere matar a su marido, puede hacerlo desde
[15] la cocina”. La policía, decía, ni se molestaría en investigarlo. Estaba convencida de que casi todos los males podían
curarse con una dieta saludable.
Lo cierto es que la inquietud por la comida no ha hecho más que ir en aumento. El último culpable señalado es el
aceite de palma. Es una grasa saturada perjudicial, sobre todo porque es el ingrediente favorito en productos
procesados como la bollería industrial y las patatas fritas. Además, su cultivo intensivo en el sureste asiático ha
[20] provocado la destrucción de bosques tropicales, ha puesto en peligro de extinción a gran cantidad de seres vivos,
como el orangután, y ha incrementado las emisiones de CO2
“Sabemos de sus efectos nocivos desde los años noventa”, explica Emilio Martínez de Victoria, catedrático de
Fisiología en el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Granada. “Sin este aceite,
la pastelería industrial no sería tan apetitosa. A veces se retira como ingrediente y se sustituye por aceite de coco
[25] hidrogenado, que aún es peor”, advierte. “Lo que hay que hacer es no comer tantos productos procesados”.
No mata el veneno, sino la dosis. Es lo que piensa José Miguel Mulet, profesor de biotecnología de la Universidad
Politécnica de Valencia y autor de Comer sin miedo. “Hay temores infundados, como los transgénicos, los aditivos,
el aceite de palma y lo próximo estoy seguro de que va a ser el glutamato, un potenciador del sabor que tiene mala
fama, pero tampoco es para tanto”, asegura. Si bien reconoce que el aceite de palma “suele estar en los alimentos
[30] más desaconsejables”.
¿Nos preocupamos en exceso? ¿Nos hemos pasado de la raya? La ingeniera agrónoma María Dolores
Raigón discrepa. “Estamos ante una alerta social. Si un consumidor ve que un pollo entero vale solo tres euros, y
una lechuga cuesta uno, es normal que se plantee qué está pasando, qué sistema permite esto, y busque
información sobre sostenibilidad y nutrición en Internet, donde hay de todo y no siempre fiable. Para llegar a un
[35] equilibrio es necesaria una formación básica: enseñar a comer desde el colegio”, opina la catedrática de la
Universidad Politécnica de Valencia, que investiga la calidad nutritiva de los alimentos ecológicos y preside
la Sociedad Española de Agricultura Ecológica.
“Hay mucha información, a veces contradictoria, y esto genera confusión”, coincide el nutricionista Juan Revenga.
“La ciencia avanza y lo que ayer era bueno ya no lo es; además los intereses comerciales condicionan los reclamos;
[40] los medios a veces desinforman, y, no lo neguemos, los consumidores compramos los mensajes que queremos
oír”, añade el autor de Adelgázame, miénteme. Su receta: espíritu crítico y formación.
Por un lado crece la lista de alimentos sospechosos (gluten, leche con o sin lactosa, carne, azúcar), y por otro
entran en el cesto de la compra los llamados superalimentos (quinoa y el kale o col rizada), que se ponen de moda.
Por el momento no hay pruebas científicas que indiquen que dejar el gluten o la lactosa beneficie a quienes no
[45] tienen una intolerancia. En cambio, la evidencia indica que, a medida que se incrementa el peso en la dieta de las
proteínas vegetales sobre las animales, hay una menor mortalidad cardiovascular y menos diagnósticos de cáncer.
En cuanto al azúcar, su abuso se señala como uno de los culpables de la epidemia de obesidad.
La dieta parece que cambia. En España, por ejemplo, el consumo de carne fresca se redujo un 1,5% en 2015 y se
estancó en 2016, año en el que subió la compra de frutas (un 8,6%) y de verduras (un 4,5%), según la
[50] consultora Nielsen. Pero los alimentos procesados no caen. Algo parecido ocurre en EE UU, el país más carnívoro.
El consumo de ternera se ha reducido un 19% entre 2005 y 2014, según un informe del grupo de defensa del
medio ambiente Natural Resources Defense Council.
Demasiados productos ultraprocesados, muy pocas verduras y frutas, demasiada comida rápida y poca cocina
casera. Este es el cóctel letal desde el punto de vista de la salud. Juan Revenga opina que la cocina se ha
[55] trasladado al sillón. “Los programas relacionados con la gastronomía tienen grandes audiencias pero la gente no
sabe cocinar; se ha cortado la transmisión de la cultura culinaria”, afirma y recomienda dedicar más tiempo a los
fogones. “Creo que no hay que dejarse llevar por las modas, y excluir ingredientes de la dieta porque sí, sino saber
lo que es sano y le sienta bien a cada uno, sin extremismos”, opina la chilena Antonia Tagle, asesora en
alimentación saludable.
Texto adaptado Cristina Galindo, publicado en El País, el 14/05/2017
Marque la única alternativa donde la correspondencia semántica está CORRECTA:
Pastas
06