TEXTO:
Ahora
Transcurren días inciertos en los que cada vez es
más común encontrar gente muy preocupada por el
futuro. Esto no es nuevo. Siempre hubo quien bien por
inquietud, bien por escapismo, buscan consuelo al
[5] proyectarse en un futuro mejor.
Esta gente se pasa todo el día imaginando lo bonito
que va a ser todo cuando esté perfectamente colocado
tal día de tal año. A veces es tan exagerado que puede
resultar hasta peligroso realizar algún comentario que
[10] dé al traste con esa personal visión de lo proyectado,
ya que, esos sujetos viven por y para sus sueños, e
intentar cambiarles su visión de ese futuro perfecto, puede
ser considerado un ataque personal en toda regla.
También los hay los que tienden a quedarse siempre
[15] mirando atrás. Rezagados, como anclados en el pasado,
incapaces de aceptar los cambios y rezongando siempre
aquel clásico que ensalza los buenos y viejos tiempos.
Tampoco estos seres parecen posicionarse en muy buen
lugar ante su existencia, pues por mucho que uno insista,
[20] e incluso consiga congelar lo más posible su estancia,
resulta inevitable sucumbir al paso del tiempo. Pero lo
cierto es que, sin que suene lúgubre, somos
perecederos. [...] Luego, no parece servir de mucho
quedarse anclados en el allá.
[25] No crean que hablo desde esa distancia que da el
saberse lejos de según qué fenómenos. Es más bien al
contrario. Encuentro tan frecuente — entre todas las
personas que conozco y me incluyo — el vivir inclinados
hacia uno de esos dos extremos del tiempo, e incluso
[30] saltar de uno a otro, según los casos, que lo infrecuente
es encontrar gente ubicada en el “ahora”, es decir, en el
momento presente. No se trata de no tener sueños. No
se trata de no tener pasado. Simplemente se trata de
transitar con mayor frecuencia por el presente, aunque
[35] solo sea por hacer justicia a la realidad, ya que es el
único momento cierto que tenemos.
Disculpen esta emoción casi infantil ante algo que
quizá para muchos puede resultar muy obvio, pero es
que, quizá huyendo del desgaste que provoca ese
[40] balanceo entre tan intangibles extremos, hace no mucho
que me tropecé con el ahora y reconozco que intentar
vivir un poco más centrado en el momento presente —
al fin y al cabo lo único que tenemos — resulta, al menos
para mí, una opción mucho más grata y certera que
[45] intentar desgranar esas briznas de vida apostado hacia
cualquiera de los otros dos. [..]
CASTAÑEDA, Javier. Patologías urbanas. Disponívl em:< http://www.lavanguardia.es/lv24h/20100311/53898243546.html>. Acesso em: 1o mai. 2010.
En lo que se refiere al uso del lenguaje en el texto, es correcto afirmar