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La criogenia humana “es como congelar un filete putrefacto”
Nuño Domínguez
Madri, 26 de mayo de 2017.
¿Es posible congelar a un muerto con la esperanza de resucitarlo cuando se conozca la cura del cáncer o se pueda revertir el envejecimiento? Esta ha sido una de las preguntas centrales del que se anuncia como Primer Congreso Internacional de Envejecimiento y Criopreservación, que se celebra en Madrid desde ayer hasta el sábado
El evento combina ponencias de científicos como Juan Carlos Izpisúa o María Blasco con las de profetas como Aubrey de Grey y un puñado de empresarios que cobran a sus clientes cientos de miles de dólares por preservar sus cadáveres usando una técnica de la que no hay pruebas de que sea reversible. El año pasado estas prácticas ganaron actualidad por el caso de una adolescente británica con cáncer que ganó una batalla legal para ser congelada después de fallecer.
Max More, director general de Alcor, una de estas compañías, explica el procedimiento al que someten a sus pacientes. Hay dos opciones, congelar todo el cuerpo o solo el cerebro sin extraerlo del cráneo. “Lo ideal es que estemos al lado de la cama cuando el médico declara la muerte legal. Después empezamos el proceso de enfriamiento" del cadáver, "reiniciamos la respiración y la circulación y le damos 16 medicamentos diferentes para evitar que la sangre se coagule”, detalla. Cuando el cuerpo llega a las instalaciones de la entidad, radicada en Arizona, se sustituye la sangre con “anticongelantes médicos” y se introduce en un tanque con nitrógeno líquido a 196 grados bajo cero. “En ese punto se para el metabolismo, así que podemos esperar todo el tiempo que queramos, da igual si son 10 años o 100”, asegura este británico, filósofo de formación. Según las fantasías de More, en un futuro se podrán "clonar cuerpos" para los pacientes que revivan o revertir el efecto del envejecimiento en sus órganos
Ni siquiera el responsable del congreso da crédito a este tipo de procedimientos. “No hay ninguna evidencia científica para que esto se pueda hacer”, reconoce Javier Cabo, organizador del encuentro. Antiguo cirujano torácico del Hospital La Paz, en Madrid, el médico reconoce que, por ahora, la criopreservación solo funciona con células, como óvulos, espermatozoides o embriones. “Cuando empiezas con válvulas cardiacas, por ejemplo, extraerle la aorta con su válvula a un corazón y mantenerlo sin lesiones de la congelación, no es posible”, reconoce. Hacer algo similar con un cuerpo completo es “un mero rito funerario”, zanja. “Una vez que estás muerto, puedes elegir entre que te entierren, que te hagan una cremación o que te congelen y te conserven como hacían los antiguos egipcios, pero en frío”, comenta Cabo.
Una de las voces más autorizadas y críticas del encuentro ha sido la del español Juan Carlos Izpisúa, investigador del Instituto Salk de California especialista en células madre, regeneración de tejidos y generación de órganos humanos en animales. El científico resaltó varias veces que, en todos los casos, el estado de estas investigaciones es “muy preliminar”. Sobre la criopreservación señala a Materia: “estamos todavía empezando a saber cómo podemos congelar y preservar una célula, imagínate un órgano”. “He oído y entendido que existen personas que quieren preservar órganos o incluso un organismo que ya no funciona, que está muerto”. “Si usted congela un filete putrefacto, cuando lo vuelva a descongelar seguirá putrefacto. Estamos hablando de algo que no tiene sentido”, añadió Izpisúa.
https://elpais.com/elpais/2017/05/25/ciencia/1495742774_221269.html, acceso en 14/12/2020 [Adaptado].
En la oración “Cuando el cuerpo llega a las instalaciones de la entidad, se sustituye la sangre con ‘anticongelantes médicos', tenemos: